Alejo, en pasado.
Me alejé. De manera silenciosa, porque me negaba a hacer tanto ruido como los cobardes. Me alejé porque me cansé de inundarme en la miseria de sus historias, sus decisiones, sus días, sus pensamientos, y sus vidas. Me alejé porque estaba harta de esas horas enteras de auto-compasión, y de esos días en los que mi felicidad ni mi alegría importaban, porque la prioridad era escuchar sus problemas y depresiones. Me alejé porque mi lugar no era el subsuelo... ese en el que vivía cuando solía deprimirme por todo. Me alejé por mí, porque deseaba quererme, brillar, encontrarme, ...