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Mostrando las entradas de diciembre, 2016

Other place.

Me gusta una casa que está un poco alejada de la civilización: a su lado, está el varadero y, desde la puerta, se ve la playa. Es una casa en la que puedes pasar horas mirando a las palmeras meciéndose, al agua que está tranquila o al cielo que es azul, pero de una tonalidad muy clara; o puedes salir de ella y sentarte que en unos troncos que están bajo una mata, donde sólo te preocupas de que el viento despeine tu cabello y en los que sientes una gran calma. Una casa en la que no te preocupas y casi no necesitas de internet o del teléfono y donde puedes sentarte a conversar un buen rato con alguien sin siquiera pensar en la hora. Me gusta esa casa: única, diferente y un tanto especial.

Antítesis.

Iba y venía. Subía y bajaba. Lloraba y reía. Gritaba y callaba. Moría y vivía. Aunque así era ella: patética, sensible y dramática... tan confusa que nunca pude saber porqué la querían tanto. Para mí, ella era una antítesis: una contradicción, una confusión. Era ligeramente falsa, material e insípida; y tan débil que su mundo podía venirse abajo si se le miraba de cerca y toda su belleza podía quitarse o agregarse con un poco de esfuerzo. Nunca entendí porqué se veía tan hermosa cuando sonreía si su sonrisa no era la más bonita de todas. Tampoco entendí porqué sus simples y oscuros ojos café encantaban tanto... ella era tan normal, tan estándar, una más entre un millón, y aun así lograba resaltar. Nunca supe cómo era posible, si la suerte la había dejado de lado hace años y el sol no lograba iluminar toda su alma; y nunca pude percibir cómo lograba hacerlo, si ni siquiera ella tenía la suficiente fe en sí misma. Pero, así no supiera cómo, ella lo hacía. Ella... resaltaba.

Sometimes.

A veces me siento triste, decaída y un tanto deprimida; o me pongo a pensar demasiado las cosas y no aprovecho las oportunidades que me vienen. A veces prefiero contemplar la luna, mirar fijamente al sol o me provoca ver el mundo a través de ese ojo por el que menos veo, sólo por la ocurrencia de ver las cosas un poco borrosas y distorsionadas. A veces extraño a los que se fueron e imagino cómo sería mi vida con ellos a mi lado. A veces me siento bonita con mi típico estilo despeinado y descuidado; y, otras veces, me arreglo un poco e intento ser feliz. A veces recuerdo esos momentos que viví con personas a las que casi no veo o deseo saber algo de esos que ya no están. A veces extraño esos mensajes eternos en los que me contaban miles de historias hasta el amanecer, así como las risas y el nerviosismo. A veces me da por extrañarte y, en el momento menos pensado, me da por decirte que te extraño.