Grama.

Debías verla.
Era alegre, sonriente, risueña y amorosa.
Siempre de pie, con una pañoleta en la cabeza, con su cabello plateado, voz ronca y alegre, falda y vestido.

Pero dejó de serlo.

Es imposible mirarla y no sentir dolor.
Está absolutamente delgada, habla muy poco, tiene la mirada perdida y vacía.

Parece que le succionaron la vida.
Parece que ya no está.

Dejó de ser esa persona alegre que se emocionaba al vernos cruzar su portal.
  
Parece que la muerte se ha llevado su vida.

Parece que la vida dejó de quererla ya.

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Querido mejor amigo.