Átomos.

Fuimos pequeños, minúsculos... fuimos dos en un millón, pero decidimos cambiar.
Juntamos fuerzas, energía y determinación: íbamos a evolucionar para convertirnos en algo mejor.
Unimos enlaces, creamos compuestos, nos fosforilamos para llenarnos de energía, oscilamos y cambiamos nuestros orbitales.
Nos destruimos. Cada uno giraba en forma de ocho, o de infinito, todo dependía de la persona que lo veía.

Cambiamos. No fue fácil, pero, de a poco, lo estábamos logrando... aunque, pasó de la nada y sin avisar: igual que una reacción espontánea.

Fuimos desconsiderados y hostiles.
Nos arrebatamos energía, intercambiamos electrones, hacíamos y deshacíamos enlaces.

Perdimos fuerza y dirección.
Nos convertimos en iones débiles e inestables.
Cada uno se alejó, tomó un camino distinto y recuperó su estabilidad.

De nuevo, éramos átomos completos, diferentes y alejados.
Cada uno en su órbita personal.

Tú, un átomo de Flúor, sediento de electrones.

Yo, un átomo de Helio, noble, sin reaccionar.

Comentarios

  1. Hermoso como siempre, he de decir, pero... creo que de este año, es uno de los que me ha encantado.. tanto por como es.. hasta por como lo leí ^^ Lo adoré. <3 En las nubes por ti como siempre, ragazza. <3

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