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Mostrando las entradas de abril, 2016

Eres más que un muñeco (aporte).

En aquel corto instante posterior a la segunda indebida pregunta lanzada al azar, la mente de la mujer de rizos cabellos daba vueltas sin parar, como si de una ruleta rusa se tratase, y es que pensó un millón de opciones, respuestas y maneras de evadir el disparo que tal pregunta representaba. Una sola opción de pronto comenzó a ser la única respuesta válida ante tal situación, y es que por muy falsa que fuese el contenido de esta, resguardaba el orgullo de si misma, por mucho que doliese reconocerlo. Su cabeza de pronto reaccionó al cabo de un millón de años que se traducían en un segundo en la realidad. Movió su cabeza de Este a Oeste, dejando más que claro la negación de su respuesta. El extranjero de la ciudad rodeada de láminas de Zinc y obscuros cielos premeditó tal respuesta, sabía lo tan estúpida que era para arrojar una mentira como esa, se burló de ella, pisándola como uno de los tantos trapos que quedaba por pisar. Ella, por su parte, disimuló su disgusto de la manera m

Fugaz.

Estabas ahí, sentado, pensando en miles de cosas, como siempre. Yo estaba frente a tí, pequeña, confusa, intentando escribir algo genuino y auténtico. Te miraba de reojo, estabas inquieto, incómodo... como quien espera algo. Yo, en cambio, estaba serena, con el teléfono en la mano y una historia en mente. A veces me mirabas, inquisidor, curioso, intentando descifrar lo que pasaba por mi mente; otras, solo me ignorabas y hacías como si yo no estuviese allí.  Una vez alcé la mirada, buscando algo que promoviera mi inspiración, y estabas mirándome a través de tus lentes. Me sentí pequeña, más que de costumbre, te sostuve la mirada por unos segundos, e inmediatamente la volví a bajar. De repente, te fuiste. Supongo que lo que esperabas había llegado. Te miré tomar tus cosas y caminar frente a mí. Sentí un vacío, como quien pierde la inspiración... y simplemente quedé sola, en esta esquina, escribiendo algo que, en el fondo, quizá sea para tí.

Para mi yo del pasado.

-Si tuvieras la oportunidad de decirle algo a tu yo pasado (de niño, preferiblemente), ¿qué sería? -No llores, sé fuerte, las cosas mejorarán. Atrévete, no seas tan cobarde. Atrévete a vivir más. Inténtalo, errar es de humanos. Llora, desahógate, golpea la almohada cuantas veces quieras. Valórate un poquito, vales mucho más de lo que imaginas. No te preocupes si las cosas andan mal, te aseguro que, cuando menos lo esperes, todo mejorará. No pierdas tu tiempo complaciendo a los demás, haz lo que quieres hacer no lo que te impongan. Escribe más, porque lo que escribes te hará grande. No seas dramática, el drama no te hará mejor persona. No dejes que rompan tus sueños, ellos son los que te dan vida. Dile que sí a las personas a las que siempre le dijiste que no. Cambiar es bueno, deberías hacerlo a menudo. Compra más vestidos, te quedan bien, ignora lo que dicen. Sal más a menudo, salir hace bien. Rompe alguna que otra regla, ríe más y llora menos. No te des golpes de pecho, piensa que