Entradas

Mostrando las entradas de noviembre, 2015

Esta noche.

Esta vez me tocó llorar, aunque eso se ha hecho común en mis noches. Esta vez lloré por ti, por nuestros recuerdos, por mi esperanza de volver a verte, por la tristeza de haberte perdido, por la agonía de estar sin ti... en fin, he llorado porque tuve que dejarte ir. Confieso que, mientras la guitarra sonaba y esa garganta cantaba, te maldecía. Lo hacía porque, simplemente, llegaste, desordenaste todo, y te fuiste. Admito que, no dejaba de pensar que todo pasó muy rápido; que solo hace meses ni me acordaba que existías y que, de repente, tuve que verte dentro de un ataúd, tuve que verte morir cuando aun me faltaba verte vivir, tuve que entender que, ya no vería tu sonrisa, ya no me abrazarías... tuve que entender que ya no estarías aquí. Ayer, en la noche, no tuve abrazos, no tuve quién me secara las lágrimas, simplemente lloré sola, en mi silla, mientras todos gritaban y sufrían. Realmente, sé que parece un poco alocado pero, sentí como si la guitarra estuviera sufriendo, par

Hasta luego, mi Elsj.

Hola, primo. Hoy no tengo la esperanza de que leas esto. Hoy, de repente, se acabó todo... hasta tú. Quisiera que esto no estuviese pasando. Quisiera que vinieras a decirme: "Prima, ¿cómo estás?". Quisiera poder abrazarte y escuchar tu voz. Quisiera verte sonreír como aquel 11 de agosto. Quisiera que tus ojos cafés me volvieran a mirar... quisiera que estuvieses aquí. Debo decir que se te acabó el tiempo. Se te acabó el tiempo, tan rápido, que ni siquiera pude notarlo. Solo sé que ya no estás conmigo y, créeme, no sabes lo que daría para que no fuera así. Confieso que, te ganaste mi corazón y quisiera agradecerte por los bonitos recuerdos que dejas en mi memoria. Nos sobraron ganas, Erick Luis, y nos faltó tiempo. Hoy debo dejarte ir, lo sé, y lo siento. Así que... vuela alto, mi Elsj.

Para ti, que estás leyendo esto.

Quizá no lo sepas, y yo no lo diga a menudo, pero te quiero. Te quiero porque has estado ahí, aguantando cada una de mis rabietas y mis rechazos, y me has hecho reír cuando no quería hacerlo. Te quiero porque me has abrazado hasta cuando no quería un abrazo y porque estás ahí, conmigo. Te quiero porque, a pesar de estar al otro lado de una pantalla, me consuelas cuando lloro. Te quiero porque me escuchas y, de alguna extraña manera, te escucho. Te quiero porque, simplemente, prefiero hablar contigo y te quiero porque me acostumbraste a tí. Te quiero porque eres sincero y siempre me das tu opinión. Te quiero porque puedo desahogarme contigo y eres unos de los pocos que ha permanecido a mi lado. Te quiero porque eres un gran amigo y una de las personas en las que más confío. Te quiero porque eres tú y porque eres uno de los pocos a los que le he pedido disculpas. Y sobre todo, te quiero porque pasaste de ser una de las personas a las cuales saludaba cuando me la encontraba en la calle a