No borrar.

Quizá, la única cosa que no borraría serían mis recuerdos. Porque, ¿dónde quedarían los momentos con mis hermanos, la sonrisa y los ojos grises de mi abuelo? ¿Dónde quedaría el rostro de Juan José y las canciones a duo con mi mamá? ¿Dónde quedaría el momento en el que mi tío Loqui me dijo "hija" y esa vez que lloré con mi abuelo? ¿Dónde quedaría el recuerdo de los festivales y aquella poesía con la que lloré mientras escribía? ¿Dónde resguardaría cada mirada, cada sonrisa y cada abrazo? ¿Cómo recordaría que lloraba cuando cualquier cosa se rompía y que tuve amigos que perdí? ¿Cómo voy a contar que tuve noches en las que no quería dejar de hablar y que siempre miré a la luna? ¿Adónde irían todas mis lágrimas y todos mis temores? ¿Cómo diré que hubo una época en la que fui feliz? ¿Dónde estarían las veces que mi abuela Virginia me miró con orgullo y la sonrisa de mi abuela Graciela? ¿Adónde irían las madrugadas en las que lloré y los días en los que reí? ¿Cómo explicaría que mis sueños murieron mucho antes de haber nacido y que siempre los sueños renacen? ¿Dónde quedarían las visitas a una lápida fría y las palabras carentes de vida? ¿Cómo sabría qué hacer o qué no hacer? ¿Cómo sabría que hay noches frías y tardes negras? ¿Cómo diría "yo sé esto"? Cuando, en realidad, no sé si pueda recordarlo.

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