Curioso.

Es curioso tener el corazón roto.

No esperas que nadie te diga lo que necesitas escuchar, o quizá, leer; no deseas ser cortés con todo el mundo, no quieres decirle a todos lo que quieren oír sino lo que realmente piensas.... Es algo curioso, ¿sabes? Porque llegas a un punto en el que no te importa lo que los demás sienten. Tú te sientes mal, lo sabes y lo saben, pero quieres que ellos estén bien y, dependiendo de tu estado de ánimo, los alientas pero no te quedas para verlos sonreír: eso te mataría o rompería más tu corazón. Te vuelves seca, fría, nada logra llenarte y, por esta vez, no te importa que eso suceda.

Sonríes, pero la sonrisa no llega a tus ojos. Sientes que nada vale lo suficiente, que el dolor no dejará de hacerse más y más grande... y, al leer las palabras conocidas de ese alguien conocido, te das cuenta que es algo curioso tener el corazón roto.

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