I9-2.

Le quise de a poco.
Aprovechando cada día como una sucesión de buenos momentos.

Conocí sus manías, sus gestos, su manera de cambiar el tono de voz dependiendo de la situación y su dedicación contagiosa.

Aprendí a quererle sin darme cuenta y poco a poco me fui acostumbrando a él.

Me hacía sentir tan bonito.
Todo era tan natural, fluido y tan poco forzado, que se sentía cómodo y seguro.

Los días se nos pasaban en un suspiro y se nos hacían pocas las horas que pasábamos juntos...

Y así fue como comenzó todo.

Así, de la nada, nos dimos la oportunidad de querernos y de andar juntos por el mismo camino.
A veces a paso seguro y en otras con tropiezos, pero siempre manteniendo el rumbo y disfrutando del paisaje.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

-1

Querido mejor amigo.