Ocaso.

Atardecía y me sorprendí a mí misma mirando de nuevo al cielo.

Me distraje, como siempre,
y me perdí mirando cómo los colores se mezclaban en perfecta armonía.

En un lado encontré paz.
Era una mezcla de azul y rosado,
unidos de manera sutil,
como si lo hubiesen pintado con tiza.

Un poco después encontré la luz:
intensa,
una mezcla perfecta de amarillo y naranja.

Y arriba estaba el azul:
adueñándose del cielo como cada día.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

-1

Querido mejor amigo.