Alejo, en pasado.

Me alejé.
De manera silenciosa,
porque me negaba a hacer tanto ruido como los cobardes.

Me alejé porque me cansé de inundarme en la miseria de sus historias,
sus decisiones,
sus días,
sus pensamientos,
y sus vidas.

Me alejé porque estaba harta de esas horas enteras de auto-compasión,
     y de esos días en los que mi felicidad ni mi alegría importaban,
     porque la prioridad era escuchar sus problemas y depresiones.

Me alejé porque mi lugar no era el subsuelo...
   ese en el que vivía cuando solía deprimirme por todo.

Me alejé por mí,
porque deseaba quererme,
                                        brillar,
                                            encontrarme,
                                                 y porque deseaba cambiar.

Y me di cuenta que, para cambiar, no necesitaba a ese tipo de personas a mi lado.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

-1

Querido mejor amigo.